sábado, 18 de septiembre de 2010

De traca

Parece que nos hemos quedado sin habla. La vuelta al trabajo es siempre dura, pero es que este curso se inicia prometiendo mazazos a diario. Y si no comprueben la secuencia de “noticias” que últimamente nos van acechando:

La convocatoria de las elecciones catalanas coincide con el partido Barcelona-Madrid, lo que parece un conflicto, bien por la posible abstención, por favorecer el voto en algún sentido o por problemas de seguridad. Vamos a ver, si a estas alturas del Tripartito alguien no tiene claro que debe ir a votar y lo que debe elegir, estamos perdidos.

En la Diada de Cataluña el President Montilla utiliza su discurso institucional como propaganda electoral. ¿Y cuando no lo han hecho?

Los sindicatos convocan una huelga general que según el dirigente de CCOO “es una putada”, y UGT lanza una campaña de videos que molesta a CCOO y que parece sacada de un comic de Mortadelo y Filemón, contra los empresarios y la oposición, del Gobierno, que es el que ha aprobado las medidas que se rechazan, evidentemente nada de nada. Lo que parece imposible es que UGT haya aceptado esta campaña, debe ser porque nunca han trabajado, porque si lo hubieran hecho se sentirían tan molestos como todos los trabajadores que no sólo no nos sentimos representados por esa imagen, sino que nos ofende.

El Presidente del Gobierno opina en Oslo, que los parados que realizan cursos de formación están trabajando para el país, y que España puede ser el laboratorio en la lucha contra el paro. Es el colmo, menos experimentos y que fomente el empleo como ya se ha visto que funciona y se deje de tonterías. Sobre los cursos de formación aclaro que a mí, personalmente, sólo me los han ofrecido cuando estaba bajo contrato (he hecho varios y han sido realmente interesantes), y por lo visto ir al Zoo o al cine es un curso de formación para parados.

Este aperitivo, sin contar que seis mil estudiantes con la selectividad aprobada en junio se han quedado sin plaza en la Universidad, porque han reservado plazas a los de Formación Profesional, que no han tenido que superar selectividad alguna, bastándoles la nota media de los dos cursos, siendo el nivel general de sus estudios inferior a los estudiantes de Bachillerato.

De los datos económicos más vale que no hablemos, ya que por lo visto el final del año será deprimente.

¡Que Dios nos pille confesados!

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Beneméritos

Mientras se debaten subvenciones millonarias y se chalanea con España, por seguir un poquito más en el poder, mientras se pagan fortunas a terroristas y piratas, mientras se sueltan y favorecen a los amos del terror, comprobamos, una vez más la miseria en la que se obliga a vivir y a actuar a nuestro Ejército y Fuerzas de Seguridad.

Después de tener conocimiento del número de teléfonos móviles y del parque automovilístico del que disponen el Gobierno central y los autonómicos…no podemos comprender que a los que tienen la misión de velar por nuestra seguridad se les limite hasta la extenuación la gasolina o la reparación de coches, motos y patrulleras.

Los puestos de vigilancia de la frontera que España tiene con Marruecos en Melilla o Ceuta son de sainete. Las condiciones en las que trabajan Policía y Guardia Civil en nuestro territorio nacional son infrahumanas, pero es que fuera de España, por lo visto no son mejores. El puesto que ocupaban en Afganistán había sido desechado por las tropas internacionales por poco seguro y pocas condiciones. Pero no importa, ya se sabe, la Guardia Civil, que está de servicio 24 horas, no como el Gobierno que no está de vacaciones pero tampoco está en su puesto, es un Cuerpo sacrificado, tanto que hasta es capaz de dar la vida por nosotros, y a todo se acostumbran, hasta a enterrar a sus muertos, que son los de todos.

Militares, Policía y miembros de la Guardia Civil, que reciben por toda recompensa una medalla (e incluso a veces la devalúan), entregan su vida, mientras comprobamos día a día el derroche de unos políticos que piensan en todo menos en España. Pedir Honor y Gloria es poco, y ya lo tienen, pero un mayor reconocimiento a su importante labor y sacrificio, saber que si les pasa algo sus familias se verán atendidas, y no expulsadas de los pabellones, y con unas condiciones dignas. Uno ya no pide que les amueblen los pisos como los despachos de nuestros políticos, pero que sus viviendas sean confortables, sus puestos de trabajo operativos y que tengan las mejores condiciones para realizar su labor. Y si llega el desgraciado día en que pierden sus vidas en el servicio a nuestra Patria, España entera se paralice para llorar su ausencia, desde el primero al último, porque todos debemos estar agradecidos a su entrega.

Mientras esto no sea así, da asco pertenecer a este país.