jueves, 25 de octubre de 2012

La imaginación al poder


Hace un par de meses, en una cena posterior a una conferencia muy interesante,  coincidí en la mesa con una señora, que con los ojos muy brillantes y como quien cuenta un secreto me comentó que  se habían hecho estudios muy serios y que se había llegado a la conclusión de que Cristóbal Colón era catalán y que salió de la villa ampurdanesa de Pals y no de Palos.  Yo le pregunté que dónde lo había oído, ya que yo no tenía noticias al respecto y que por lo que parecía los estudios genéticos que se estaban realizando era simplemente para confirmar que estaba enterrado en su tumba.  Como verán, prudente y educadamente, no me eché a reír ni le espeté ¡Vaya tontería!
Cuando me dijo que había ido a una conferencia de Omnium Cultural, lo comprendí todo. A partir de ahí….lo menos que le dije era que qué poco considerado era Colón por haber ofrecido sus servicios antes a Génova que a Fernando el Católico, y que si hubiera sido catalán, seguro que, a pesar de haber pagado Castilla los costes del viaje y del descubrimiento, Fernando el Católico hubiera roto inmediatamente su compromiso de respetar el reparto que Isabel y él hicieron en torno a la conquista del Mediterráneo y de allende los mares que resulto ser América.  Estoy convencida de que los catalanes de la época no se habrían quedado callados y habrían exigido puntualmente su “cuota de gloria”, porque otra cosa no pero exigir…
Esto, que no pasa de ser una anécdota, me  vino a la memoria al leer lo publicado por Cataloniatours.cat , y que ha desatado un cachondeo en las redes sociales hace unos días me hizo reír a mandíbula batiente. Buscaban catalanes ilustres en la Historia, y uno de ellos era Martin Luther King catalán que lucho por los derechos civiles de los negros catalanes residentes en América.
Yo, como catalana, no debería reírme, sino llorar, porque están humillando nuestra historia a base de mentiras y fanfarronadas de barra de bar. Decir que Cristóbal Colón pertenecía a la familia real catalana, cuando Cataluña jamás ha sido un Reino, sino que ha formado parte del Reino de Aragón y del Reino de España (su paso por la Francia de Carlomagno y Luis XIII no deja de ser una anécdota dolorosa), no es sólo una barbaridad, es una idiotez, cualquiera puede rebatirlo, pero esta es la información que se da a los turistas que no conocen las interioridades de nuestro pasado.
Si Omnium Cultural se dedica a esto y por esto cobra, calculen lo que ponen en los libros de texto de los escolares catalanes.

Bilingüismo


Cuando mis hijos eran pequeños, además de los clásicos juegos en el coche del veo-veo,  acumular vehículos de un color determinado, o juegos de palabras que empiezan por…., jugábamos a traducir palabras. Así, yo les decía una palabra en catalán y ellos me la tenían que traducir al castellano.
En casa siempre hemos hablado en castellano. Al principio nos planteamos que mi marido les hablara en catalán y yo en castellano, pero al llevarlos a la guardería y ser ésta sólo en catalán, la propia directora nos indicó que la mejor manera de ser bilingües era que en cada espacio utilizaran un idioma. Así en la guardería hablaban catalán y en casa castellano.  Con mi familia la lengua habitual ha sido el castellano y con la familia de mi marido el catalán. Para mi marido, catalán de infinitas generaciones, la lengua “pijama”, la de casa, ha sido siempre el catalán y renunció a transmitirla a sus hijos por  su bien, ya que siempre ha considerado la lengua española como una gran riqueza, como un tesoro. Hoy mis hijos sonríen cuando les comenta que de joven traducía las letras de las canciones de los Beatles al catalán, para cantarlas con los amigos.
Por otro lado, cualquiera que haya vivido en Cataluña sabe que en la adolescencia, y con una guitarra en mano, el idioma era lo de menos y muchos aprendieron catalán a través de las canciones.
Se preguntaran entonces a qué venía el jueguecito de la traducción, y es muy simple. Con ellos era difícil hablar de los términos que estudiaban en clase de sociales, y de “penyasegats” a “acantilados” hay un trecho, de “ramadería” a “ganadería”  o de “enciam” a lechuga y presentándolo como un juego les hacíamos más fácil aprender las palabras que habitualmente no se utilizaban en su entorno. Más de una vez, surgía de ellos la pregunta ¿mamá, cómo se dice…..en castellano?
Con esto me quiero referir a que el bilingüismo nunca ha sido real en las aulas catalanas, y que la negativa a dar una tercera hora de castellano a la semana es un perjuicio real para esos niños a los que la globalización del mundo empujará a buscar trabajo  fuera de su Autonomía. Incluso, en los exámenes de selectividad la prueba de castellano ha sido siempre más fácil que la de lengua catalana. Es patético oír hablar castellano a algunos políticos catalanes, y son espantosas las expresiones que se publican en algunos diarios, incluso nacionales, cuando el periodista tiene que traducir al castellano.
Y, es que el nacionalismo ha basado toda su estrategia en la lengua.  Se han inventado una “nación lingüística” que nunca ha existido y la están imponiendo. Por eso no debe extrañarles que Joanot Martorell, valenciano, se estudie durante 4 cursos en Cataluña, y Lope de Vega ocupe media página.
Rita Barberá decía el otro día que los nacionalistas catalanes se habían apropiado de la “Dama de Elche”, efectivamente, de la Dama de Elche, de Joanot Martorell, de los tesoros eclesiásticos de la Franja, y de todo lo que a ellos les pueda parecer útil. Niegan la identidad de otras regiones de España que tuvieron rango de Reino y se apropian de Colón, Cervantes y de quien haga falta. No tienen más remedio que reconocer que Picasso nació en Málaga, pero como pintor único su formación fue catalana, por supuesto.
Un libro de lengua y literatura española de la misma editorial y curso no sirve para todas las autonomías, cada una tiene su versión. ¿Vds. creen que es normal? Una asignatura que debería ser común a todos los estudiantes españoles tiene ediciones distintas, eso, además de encarecer enormemente el coste, nos debería hacer reflexionar sobre la manipulación que en ellos debe contenerse, porque si no, no se explica.
Es imprescindible que haya una unidad en la formación y conocimientos de los estudiantes españoles, porque no todo es economía. Para sentirse  miembro de una Nación se debe  conocer su lengua, su historia, sus claroscuros, y aquí lo único que hay es un desconocimiento, cuando no una mentira absoluta.

Los miedos y las fobias


Mienten los Eurodiputados catalanes firmantes de la ya famosa carta; no es cierto que los aviones del ejército español se abstengan de sobrevolar Cataluña. Aviones militares españoles han estado sobrevolando este verano los cielos catalanes, sin que nadie denunciase tal actuación, ni se sintieran soliviantados, atemorizados o cosa parecida.  Además capitaneaban una flota de aviones extranjeros.  Si, tal como lo leen. Y, para más inri, la actitud de los catalanes era de alivio al contemplarlos. Y, es que bajo las órdenes de la UME, aviones militares españoles han colaborado en la extinción de los grandes incendios que, tanto en Cataluña como en otras partes de España, han devastado nuestro territorio.
¿Piensan realmente estos diputados que los simuladores son suficientes para la formación de nuestros pilotos? ¿Acaso existe lo que a ellos les gustaría denominar el espacio aéreo catalán? ¿Dónde está reconocido? Cuándo nuestros pilotos entraron en la misión de Libia, contra Gadafi y apoyando la famosa “rebelión civil” no les oímos quejarse. ¿Qué pretenden, que entrenen en los carruseles de las ferias?
Son unos impresentables. Por un lado desearían que no existiera rastro del Ejército Español en Cataluña (mientras dejan caer que apoyarían que el Cuerpo de los Mossos d’Esquadra se constituyera en el ejército catalán, aunque sus miembros ni lo consideren), y por otro piden a gritos que se mantenga la Academia de Suboficiales de Talarn, porque en aquellos lugares en los que se han desmontado unidades, la población ha sufrido con más virulencia los efectos de la crisis, ya que la mera existencia de estas instalaciones militares asegura unos ingresos importantes en el entorno territorial de las mismas.
Les pese  o no, tanto me da, somos España, y en cualquier caso, el que unidades del ejército español haga maniobras en territorio español, es de lo más normal, aunque a ellos no les guste. Por qué ha de pedir permiso a unas autoridades que son Estado, no lo olvidemos, ya que tanto las alcaldías como la  Generalitat son parte del Estado, y una cosa es comunicarlo, para no interferir la actividad normal, y otra muy distinta, pedir permiso.  Para hacer una manifestación que rompe la vida cotidiana de toda una ciudad, que interrumpe el tráfico y crea destrozos y generalmente inseguridad, tan sólo ha de comunicarse con la debida antelación a la Delegación de Gobierno, pero si es el ejército español el que realiza maniobras parece que tiene que pedir permiso hasta al bedel del Ayuntamiento, o hacerse un referéndum en el pueblo.
Si tienen tanto miedo, o eso dicen, por algo será, sabrán que están actuando contra la Ley, contra la Constitución y contra toda España.  Será que no tienen razones para defender una posición que a todas luces es  ilegal e irracional, y su forma de hacerse notar es hacerse la víctima, sin que haya verdugo al que achacarle la culpa.  Denuncian por lo que podría ser, no por lo que es.  Y, lo siento, pruebas y no palabras.
Si tanto miedo tienen a la libertad de expresión, que lo digan, que todo el mundo sepa que sólo están a favor de la misma cuando son ellos los que hablan, aunque digan tonterías, que son parte de esta dictadura que sufrimos día a día en esta tierra.  Faltaría más que los españoles no pudiéramos leer los artículos de la Constitución en voz alta.

martes, 16 de octubre de 2012

Sentimientos


No sé si lo compartirán  conmigo, pero creo que el mundo de los sentimientos está francamente sobredimensionado. Con esto no quiero afirmar que no sean importantes, que el corazón no sea capaz de mover el mundo, “que el corazón tenga razones que la razón no comprende”, pero, sinceramente, los sentimientos son volubles, manipulables, cambiantes…

Surge esta reflexión a raíz de las encuestas que se realizan bajo la pregunta de ¿Vd. que se siente….? Pues mire, a veces me siento joven y otras, vieja, a veces esperanzada y otras, hundida,  a veces triste y otras alegre, a veces comprendida y muchas otras totalmente ajena a la realidad que me rodea…Pero ninguno de estos sentimientos es capaz de enervar lo que realmente soy.  

El ser de una persona es su propia esencia, aquello que la distingue de otra, cuando se aplican una multitud  de variables, el resultado de sus vivencias y aprendizajes. Coincidimos con unos u otros, en distintos temas, pero nos definimos  a nosotros mismos a través de nuestra esencia, de lo que constituye nuestro ser. Y aquí los matices y los adjetivos suelen ser infinitos.

Yo soy católica, a veces me siento mística y otras más mundana, estoy más o menos de acuerdo con algunos obispos, pero eso no deja de definirme como lo que soy. 

Yo soy española y soy catalana, y ambas realidades son en mi una sola. No puedo definirme sin las dos, ambas se complementan y se matizan en un solo concepto. 

Soy madre, y adoro a mis hijos, pero jamás he tenido la necesidad de “sentirme madre”, simplemente lo soy. Después vendrán los adjetivos que Vds. quieran.

Por eso, me inquieta esa dimensión que alcanzan los sentimientos a la hora de definirse, ya que no son ellos los que conforman el propio ser, son los adjetivos que ponemos, variables según las circunstancias, según los acontecimientos, según la propia evolución a través de los años; la fotografía de un instante, no la realidad de una vida. 

Por eso, me repugna la manipulación de los sentimientos que los políticos están realizando un día sí y otro también.  Como si los que no deseamos la independencia no amaramos a Cataluña, como si fuéramos catalanes de segunda, o simplemente traidores a nuestra tierra.  Lo cierto es que yo opino lo contrario, son ellos los traidores a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestra esencia. Nos están vendiendo por “un plato de lentejas” o por “treinta monedas de plata”, elijan Vds. mismos.

lunes, 15 de octubre de 2012

Y después, ¿qué?


Me preguntaba hace unos días qué pasaría el día después de la independencia de Cataluña, y el Sr. Mas ha tenido la amabilidad de contestarme: él se irá a su casa, y que “esto” lo gobierne otro. Así, sin más. No deja de ser lógico.  Ha sido incapaz de gobernar estos dos años con el colchón de España,  cómo puede imaginar nadie que sin España ni Europa va a ser capaz de gobernar la miseria en la que nos dejará. Porque no se olviden que toda esta movida empezó ante la imposibilidad de aprobar unos presupuestos que, debido a los recortes, ERC no podría apoyar, y debido al nacionalismo, el PP tampoco. Hoy leo en la prensa que han dicho que independencia total tampoco, Europa importa mucho. ¿A qué está jugando? Aquí ya se comenta que tienen preparados los DNI catalanes y que se nos permitirá seguir siendo españoles..¿No les suena al cuento de la lechera? Aún no han ganado ningún referéndum, aún no saben si los catalanes quieren o no ser independientes, y ya están elucubrando sobre un futuro más que incierto.

Cada día dicen y se contradicen en este órdago que se va a quedar en un envite a la chica. Mientras tanto piden un día y otro dinero al gobierno español para seguir pagando televisiones y medios de comunicación que siembren de mentiras y rupturas nuestra convivencia, cerrando plantas de hospital y malvendiendo todo el  seny y el prestigio que a lo largo de los años hemos podido acreditar. Están consiguiendo que familias, amigos y vecinos entren en una continua discusión que añade  dolor y sufrimiento, a la ya agónica economía familiar, pero eso no les importa, según ellos es el precio a pagar. Pues que lo paguen ellos. Somos muchos más de los que nos manifestamos el día 12 de Octubre los que no queremos separarnos de España, los que consideramos que ser catalanes es nuestra forma natural de ser españoles, y que no queremos prescindir ni de la lengua, de la cultura españolas, ni del sentimiento de pertenencia a esta vieja Nación que siempre nos ha identificado entre nosotros y ante el mundo.

Pero puestos a elucubrar, ¿y si lo pierden? ¿y si pierden el referéndum? ¿Desaparecerán?,  ¿Se irán a Méjico, donde parece que la familia Pujol se ha hecho un “capitalito” y les pueden hacer un sitio sin mucha responsabilidad, no vaya a ser que les hundan las empresas? ¿Dejarán de pedir para “la próxima”? ¿Restablecerán la verdad y la historia real de Cataluña?...Ya les digo yo que no, les da igual, Cataluña son ellos y lo que ellos quieren, la opinión de los catalanes no les importa nada.

12-O

Han pasado unos días, y todavía no sé cómo explicarlo. Probablemente todos estábamos alerta, esperando ese toque de llamada que llegó de un hombre del pueblo, que habla castellano con acento catalán, nada mediático, sin marketing ni publicidad, sin cursos de dialéctica, simplemente de “uno de nosotros”, que tan sólo pretendía que los catalanes que nos sentimos españoles dejáramos de ser invisibles. Un hombre del pueblo, como el Dos de Mayo. Benditas redes sociales. Cuando me llegó la convocatoria, mis hijos ya se habían adherido y el número de confirmados ya superaba los 25.000.

Nadie, que no lo haya vivido, puede comprender la inquietud de la noche anterior, el miedo a ser pocos, la confección de pancartas en las casas particulares y la determinación de que aunque cayeran chuzos íbamos a estar allí. Poco nos importaban los números, uno a uno sumamos y en cualquier encuentro con alguien que podía estar de acuerdo con la convocatoria la despedida era nos vemos el 12 a las 12.

Salimos de casa cada uno a una hora, cada uno con su grupo de amigos. Bajamos andando y ver en la Diagonal ya banderas españolas nos inundó de una alegría difícilmente descriptible. Se nos iba acelerando el paso y ya por Paseo de Gracia, mirándonos a los ojos, nos íbamos reconociendo a pesar de ser desconocidos. Familias, grupos de jóvenes y no tan jóvenes, muchas señoras de cualquier edad y condición, parejas,… En la calle Aragón se iban desplegando las banderas que algunos llevaban en bolsas o en el bolsillo para evitar conflictos. A partir de allí, todo era un mar de alegría y de banderas.
Llegamos a las 11.00, y la Plaza de Cataluña ya estaba llena. Actuaban grupos que hacían de teloneros al manifiesto que se leería a las 12.00, hora en que la mayoría estábamos convocados. A las 11.30 ya no cabía nadie en la Plaza, ni siquiera en ese segundo círculo que queda separado por plantas. Las aceras de Corte Ingles llenas y la Ronda de San Pedro cortada al tráfico, igual que el Paseo de Gracia a la altura de Gran Vía. Tan sólo en la zona de acceso por Plaza Universidad (lugar en el que se concentraron los 50 violentos que agredieron a una familia) estaba más o menos vacía, y llena de policías.

Teníamos conocimiento de mucha gente que había acudido, nos enviamos sms, pero no llegamos a vernos, era imposible. Y no hablo de personas, hablo de grupos enteros. Pancartas que no llegamos a contemplar, ya que había tantas banderas que nos impedían ver a las personas que las portaban.
Se encontraron un grupo de seguidores del RCD Español con algunos seguidores del Barça, con la camiseta de blau grana y banderas españolas. ¡Nos alegramos de veros aquí!, abrazos cuando lo habitual en los campos de futbol es insultarse mutuamente.

 Mucha gente joven, personas mayores a las que sus hijos no les dejan expresarse, y nada de miedo, sino una alegría contagiosa de ver que no éramos tan pocos, que ¡por fin! veíamos las caras de miles de desconocidos que, como nosotros, están hartos de mentiras, de nacionalismo.
 Al leer el manifiesto en inglés (después de haberlo hecho en catalán y en castellano), cayó un verdadero aguacero. Se abrieron los paraguas que cobijaron a todo aquel que cabía dentro, conocido o no, qué más daba. No os marchéis, aquí hay sitio.

Al final, volver a casa, felices, andando, con nuestra bandera hasta la portería, los ferrocarriles de Cataluña llenos de banderas españolas y catalanas. Las calles de Barcelona, por unas horas, lucieron con orgullo esa Bandera que nos une, y por la que, a cara descubierta salimos a la calle miles de catalanes, dispuestos a todo.

¿Dónde estuviste? Por sus explicaciones, a pocos metros de dónde yo estaba, pero no nos vimos, y así una y otra vez… Compañeros de clase, de deporte, de trabajo, de asociaciones, .. y no llegamos a vernos.

Después, en la prensa, la guerra de cifras. Falsa como todas. Las cámaras de Plaza Cataluña, que casualidad, se apagaron, para no ver, porque no quieren ver lo que no les gusta. Imposible hacernos creer que éramos 6.000, cuando en Marzo en una manifestación independentista que no llenó la Plaza dijeron que eran 8.500. No da ni rabia, sólo risa. Pero a pesar de todo, sabíamos por anticipado lo que iban a decir y lo asumíamos, pero lo que vivimos fue mucho más de lo que esperábamos y de lo que ellos consideraban asumible. Dos banderas, dos lenguas, pero un solo sentimiento de unidad. Somos españoles de Cataluña, catalanes de España.

Francás comentó que un niño al nacer llora, pero sólo es el principio de la vida. Hemos roto el silencio, ahora sólo queda hablar más y más alto, y que los que por miedo no salieron, salgan la próxima vez.