jueves, 6 de diciembre de 2012

Título VIII


Mañana volveremos a salir a la calle. Esta vez celebramos la Constitución Española. Y la celebramos por española, porque si se pudiera, los que salimos cambiaríamos inmediatamente el maldito Título VIII, que en su momento ya intuíamos conflictivo. Y es por ese Título VIII y por la dejadez de los políticos y Tribunales por lo que continuamente los catalanes que nos sentimos españoles, que queremos que nuestros hijos puedan estudiar en las dos lenguas, o en cualquiera de ellas, tenemos que patearnos la calle, y soportar que unos indocumentados que dicen hablar en nuestro nombre o creen que son la encarnación de Cataluña, nos vayan dejando ante los demás españoles por los suelos. Y tenemos que soportar que ante cualquier adversidad los políticos de cualquier gobierno central, cedan, modifiquen o maticen verdades como puños, que a ellos puede que no les afecten, pero a nosotros sí. Y que rompan continuamente la esperanza de que “esto” pueda cambiar. Y, para que nos vean y comprendan que existimos, debemos salir a la calle, gritar y no rendirnos, porque somos la última trinchera de España en Cataluña

viernes, 30 de noviembre de 2012

Lagrimas de cocodrilo


¿Han visto el famoso vídeo de los militantes socialistas pidiendo perdón?  Yo no sé qué reacción les habrá producido, pero a mí, personalmente, me ha retrotraído a mi juventud. Se preguntarán por qué, pues bien, si Vd. es de mi generación seguro que recordará aquellas épocas en las que el pecado individual parecía que no tenía importancia, el pecado más grande era el colectivo.  Así, el propósito de la enmienda, desde luego, era más cómodo y compartido, de forma que uno no acababa de sentirse ni culpable ni responsable del todo, ya que sólo era una parte mínima de la sociedad pecadora. Aquellos ejercicios espirituales en el Forum Vergés, a los que sólo acudí un día, a pesar de durar tres, me dieron una idea de lo que significaba el perdón para algunos, y lo poco que me interesaba esa deriva religiosa. Supongo que si comparte conmigo unas cuantas décadas, habrá asistido alguna vez a esas confesiones que parecían una “puesta en común”, y en la que cada uno pedía perdón en voz alta, no por sus pecados, sino por generalidades de todo tipo. En fin, que cuando creías que esa experiencia formaba parte de un pasado lejano y prácticamente olvidado, te lo ponen por televisión.
Es asombroso el cinismo de pedir perdón por no haber atacado más a la Iglesia y no por no haber colaborado con ella a mantener a los indigentes, pedir perdón por haber cedido a unas políticas y no hacerlo por haberse equivocado, robado y despilfarrado todo el capital de una Nación, pedir perdón por no haber sido capaces de gobernar un país, que en esos momentos estaba con superávit y con una prima de riesgo anémica, por no darse cuenta y reconocer la crisis, en lugar de hacerlo por habernos mentido como bellacos. Por lo que se ve, lo del dolor de los pecados no es muy creíble, y si con eso pretenden restablecer la confianza de su electorado… ellos sabrán quienes les votan.
El tono tampoco da para mucho, te pido perdón, pero con la boca pequeña, que vamos de colegas.
En fin, una mascarada más, que nos ha dejado con la boca abierta, ya que esto no se hace ni en las guarderías.  Si me dicen que nos demos la mano y amigos, les digo que no.

Educar


Tiene razón el lector que comenta mi última reflexión. Le agradezco sinceramente su opinión, que me induce a pensar y a expresarme.  Es difícil para los jóvenes abstraerse de tanta mediocridad y podredumbre.  Ahí estamos  sus mayores para, sin derrumbar ilusiones, ponerles una base firme en la que sostenerse ante tanto vendaval adverso. Y, debemos tener en cuenta que es mucho lo que van a tener que aguantar, ya que con la educación recibida en las escuelas, si hay algo de lo que están huérfanos es de valores y la capacidad crítica.  Y no me refiero a la pataleta continua en que vivimos, que esa está más que aprendida, pero, desgraciadamente les han enseñado a defender unos derechos que no se han ganado todavía y a despreciar los derechos esenciales inherentes a todo ser humano.  Da coraje que a edades excesivamente tempranas, les den voz y participen en asuntos que no les competen y que, a la larga, les perjudicarán, que a su lógica pasión reciban tan sólo respuestas manipuladoras, agudas en algún momento pero con la profundidad de un charco.  El sentido común está totalmente desterrado y crecen en un ambiente buenista que nos pone los vellos como escarpias.  Es esa falta de criterio y de responsabilidad su peor enemigo, ya que la juventud, se cura con el tiempo.
Ayer, mi hijo menor me comentó que la hermana de una conocida suya se había suicidado con quince años.  Hace unos meses la hermana mayor murió en accidente de tráfico. Y yo, sin conocerlas, no dejo de plantearme si hay causa-efecto entre una y otra muerte.  Porque aunque la muerte les rodea, los jóvenes parecen no aceptarla. ¡Como si eso fuera óbice a su existencia!, y buscar en ella una salida, a los quince años, habla mucho de soledad, de falta de amor, de comunicación, de apoyo, de valor… ¿A qué presión pueden estar sometidos hoy los jóvenes?  Se les permite decidir sobre cualquier cosa, muchos de ellos parece que hablan excátedra, dando lecciones a padres y maestros, sin que nadie, con sentido común sea capaz de ponerlos en su sitio y decirles que antes de sentenciar hay que aprender, hay que vivir, hay que darse muchos porrazos, afrontar ellos mismos las dificultades, bien acompañados, pero no sustituyéndolos y cuando ésto  ocurra, sus comentarios serán escuchados con el respeto que se han ganado. Los padres no somos “el primo de zumosol”, las dificultades han de superarlas ellos, estamos para orientar, para dirigir, pero no para vivir ni su vida ni sus propias experiencias, y también para curar las heridas,  para abrazar y para reñir, en definitiva, para educarlos.
Luchan por una libertad que no comprenden, y  que, la mayoría de las veces, es falsa. ¿Puede decirme alguien qué libertad hay en un partido político?  Luchan por la justicia y qué justicia ven en los Tribunales, luchan por una igualdad, que en el fondo ellos mismos no son capaces de asumir, dada su natural tendencia a formar grupos más o menos cerrados.  No les veo luchando por conseguir, a través del esfuerzo y del mérito, un lugar en el mundo que les permita desarrollar esos valores.  Son generosos, pero habitualmente con el que está lejos, porque con los cercanos pueden ser muchas veces mezquinos y hasta crueles.
Por eso, aunque el futuro es suyo, depende de nosotros, padres, maestros, políticos, jueces, etc… El ejemplo es el mejor espejo en el que se pueden mirar, y si analizamos la situación lo que estamos consintiendo es imperdonable.
Esta sociedad desengañada tiene que priorizar la vuelta a los valores. Es esencial. Quizás llegamos tarde al presente, pero, si  algo nos importan nuestros hijos y el mundo que vamos a dejarles, no podemos rendirnos, démosles armas morales, comentemos las noticias, dando argumentos, facilitándoles la tares de defenderse.  No podemos dimitir de nuestro presente ni de nuestra sociedad, ni tampoco de nuestra condición de padres. Hablemos con ellos, a veces parece que no conozcamos a nuestros hijos, que puedan compartir sus dudas y problemas con nosotros, dejémoslos hablar para saber por dónde se dirige su pensamiento y estemos constantemente a su lado, ayudándoles a avanzar en la buena dirección.
Formemos hombres y mujeres en el más profundo sentido de la palabra, ese es el camino, con la esperanza que nos da el Romancero Español: “Si no pude vencer reyes moros, engrendré quién los venciera”.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Por soñar...


Han sido unas elecciones especiales.  Pocas veces acude la gente a las urnas con tanta decisión, con tanto miedo, con tanta esperanza….Y el resultado, como siempre, será interpretado de mil maneras, pero reconozco que hoy no puedo borrar la sonrisa de mis labios pensando en el batacazo que se ha pegado el Sr. Mas.  Aún no sé qué dirá esta tarde, si tendrá la suficiente dignidad para dimitir y no presentarse a la presidencia de la Generalitat  o su vanidad cederá al susurro de aquellos que le acompañaron en el camino al desierto, creyéndose imprescindible para seguir al timón de un proyecto caduco.
La gobernabilidad será aún más complicada, pero ya ha visto que sólo la bandera no le sirve para tapar tantos trapos sucios, y que “la voluntad de un pueblo” (lema de su campaña) es dejarlo en paños menores y obligarlos a gobernar, pactando y mendigando como miserables con otros catalanes a los que “la voluntad del pueblo” ha designado sus representantes.
Se creyeron que eran Cataluña, y Cataluña los ha puesto en su sitio. Sigue el problema separatista de siempre, al que desgraciadamente ya estamos habituados, pero ese cincuenta por ciento que quiere seguir siendo España está vivo y no se quiere dejar avasallar, ni silenciar.
Hemos pasado unos  días muy duros.  En los patios de los colegios, los niños han llegado a las manos, unos defendiendo el independentismo y otros nuestra pertenencia a España. Hasta ese punto el enfrentamiento. Han querido demonizarnos por no rendirnos, por no renunciar a nuestra españolidad, como si fuéramos una atracción de circo, algo extraño y casual, parias en nuestra tierra, pero somos muchos más de lo que creían, y sus propias posturas nos han radicalizado en nuestras actitudes: ya no callamos, hablamos más alto.
Desgraciadamente, la crisis es tan importante en las empresas catalanas, que muchos que vivían en la ensoñación han tenido que tomar contacto con el suelo y darse cuenta de que llegan a fin de mes gracias a los clientes españoles, sean de la comunidad que sean. Y la situación no está para tonterías. Ojalá hubiera sido otro el espíritu de éstos, pero el miedo tiene un verbo poderoso y siempre es peor la ruina que la pertenencia a España.
Por otro lado hemos podido disfrutar de las nuevas tecnologías que han dado voz en Cataluña a los que los medios oficiales de comunicación han silenciado desde siempre.  Gran invento las redes sociales, youtube, twitter, facebook y compañía que nos han regalado momentos verdaderamente estelares.
Y hoy, lunes, a seguir trabajando, con la esperanza de que los jóvenes lleguen a derrotar esa partitocracia que nos asfixia y sean capaces de obligar a los políticos a ser  hombres honrados que luchen por construir un mundo mejor en el que quepamos todos. Por soñar, que no quede.

jueves, 25 de octubre de 2012

La imaginación al poder


Hace un par de meses, en una cena posterior a una conferencia muy interesante,  coincidí en la mesa con una señora, que con los ojos muy brillantes y como quien cuenta un secreto me comentó que  se habían hecho estudios muy serios y que se había llegado a la conclusión de que Cristóbal Colón era catalán y que salió de la villa ampurdanesa de Pals y no de Palos.  Yo le pregunté que dónde lo había oído, ya que yo no tenía noticias al respecto y que por lo que parecía los estudios genéticos que se estaban realizando era simplemente para confirmar que estaba enterrado en su tumba.  Como verán, prudente y educadamente, no me eché a reír ni le espeté ¡Vaya tontería!
Cuando me dijo que había ido a una conferencia de Omnium Cultural, lo comprendí todo. A partir de ahí….lo menos que le dije era que qué poco considerado era Colón por haber ofrecido sus servicios antes a Génova que a Fernando el Católico, y que si hubiera sido catalán, seguro que, a pesar de haber pagado Castilla los costes del viaje y del descubrimiento, Fernando el Católico hubiera roto inmediatamente su compromiso de respetar el reparto que Isabel y él hicieron en torno a la conquista del Mediterráneo y de allende los mares que resulto ser América.  Estoy convencida de que los catalanes de la época no se habrían quedado callados y habrían exigido puntualmente su “cuota de gloria”, porque otra cosa no pero exigir…
Esto, que no pasa de ser una anécdota, me  vino a la memoria al leer lo publicado por Cataloniatours.cat , y que ha desatado un cachondeo en las redes sociales hace unos días me hizo reír a mandíbula batiente. Buscaban catalanes ilustres en la Historia, y uno de ellos era Martin Luther King catalán que lucho por los derechos civiles de los negros catalanes residentes en América.
Yo, como catalana, no debería reírme, sino llorar, porque están humillando nuestra historia a base de mentiras y fanfarronadas de barra de bar. Decir que Cristóbal Colón pertenecía a la familia real catalana, cuando Cataluña jamás ha sido un Reino, sino que ha formado parte del Reino de Aragón y del Reino de España (su paso por la Francia de Carlomagno y Luis XIII no deja de ser una anécdota dolorosa), no es sólo una barbaridad, es una idiotez, cualquiera puede rebatirlo, pero esta es la información que se da a los turistas que no conocen las interioridades de nuestro pasado.
Si Omnium Cultural se dedica a esto y por esto cobra, calculen lo que ponen en los libros de texto de los escolares catalanes.

Bilingüismo


Cuando mis hijos eran pequeños, además de los clásicos juegos en el coche del veo-veo,  acumular vehículos de un color determinado, o juegos de palabras que empiezan por…., jugábamos a traducir palabras. Así, yo les decía una palabra en catalán y ellos me la tenían que traducir al castellano.
En casa siempre hemos hablado en castellano. Al principio nos planteamos que mi marido les hablara en catalán y yo en castellano, pero al llevarlos a la guardería y ser ésta sólo en catalán, la propia directora nos indicó que la mejor manera de ser bilingües era que en cada espacio utilizaran un idioma. Así en la guardería hablaban catalán y en casa castellano.  Con mi familia la lengua habitual ha sido el castellano y con la familia de mi marido el catalán. Para mi marido, catalán de infinitas generaciones, la lengua “pijama”, la de casa, ha sido siempre el catalán y renunció a transmitirla a sus hijos por  su bien, ya que siempre ha considerado la lengua española como una gran riqueza, como un tesoro. Hoy mis hijos sonríen cuando les comenta que de joven traducía las letras de las canciones de los Beatles al catalán, para cantarlas con los amigos.
Por otro lado, cualquiera que haya vivido en Cataluña sabe que en la adolescencia, y con una guitarra en mano, el idioma era lo de menos y muchos aprendieron catalán a través de las canciones.
Se preguntaran entonces a qué venía el jueguecito de la traducción, y es muy simple. Con ellos era difícil hablar de los términos que estudiaban en clase de sociales, y de “penyasegats” a “acantilados” hay un trecho, de “ramadería” a “ganadería”  o de “enciam” a lechuga y presentándolo como un juego les hacíamos más fácil aprender las palabras que habitualmente no se utilizaban en su entorno. Más de una vez, surgía de ellos la pregunta ¿mamá, cómo se dice…..en castellano?
Con esto me quiero referir a que el bilingüismo nunca ha sido real en las aulas catalanas, y que la negativa a dar una tercera hora de castellano a la semana es un perjuicio real para esos niños a los que la globalización del mundo empujará a buscar trabajo  fuera de su Autonomía. Incluso, en los exámenes de selectividad la prueba de castellano ha sido siempre más fácil que la de lengua catalana. Es patético oír hablar castellano a algunos políticos catalanes, y son espantosas las expresiones que se publican en algunos diarios, incluso nacionales, cuando el periodista tiene que traducir al castellano.
Y, es que el nacionalismo ha basado toda su estrategia en la lengua.  Se han inventado una “nación lingüística” que nunca ha existido y la están imponiendo. Por eso no debe extrañarles que Joanot Martorell, valenciano, se estudie durante 4 cursos en Cataluña, y Lope de Vega ocupe media página.
Rita Barberá decía el otro día que los nacionalistas catalanes se habían apropiado de la “Dama de Elche”, efectivamente, de la Dama de Elche, de Joanot Martorell, de los tesoros eclesiásticos de la Franja, y de todo lo que a ellos les pueda parecer útil. Niegan la identidad de otras regiones de España que tuvieron rango de Reino y se apropian de Colón, Cervantes y de quien haga falta. No tienen más remedio que reconocer que Picasso nació en Málaga, pero como pintor único su formación fue catalana, por supuesto.
Un libro de lengua y literatura española de la misma editorial y curso no sirve para todas las autonomías, cada una tiene su versión. ¿Vds. creen que es normal? Una asignatura que debería ser común a todos los estudiantes españoles tiene ediciones distintas, eso, además de encarecer enormemente el coste, nos debería hacer reflexionar sobre la manipulación que en ellos debe contenerse, porque si no, no se explica.
Es imprescindible que haya una unidad en la formación y conocimientos de los estudiantes españoles, porque no todo es economía. Para sentirse  miembro de una Nación se debe  conocer su lengua, su historia, sus claroscuros, y aquí lo único que hay es un desconocimiento, cuando no una mentira absoluta.

Los miedos y las fobias


Mienten los Eurodiputados catalanes firmantes de la ya famosa carta; no es cierto que los aviones del ejército español se abstengan de sobrevolar Cataluña. Aviones militares españoles han estado sobrevolando este verano los cielos catalanes, sin que nadie denunciase tal actuación, ni se sintieran soliviantados, atemorizados o cosa parecida.  Además capitaneaban una flota de aviones extranjeros.  Si, tal como lo leen. Y, para más inri, la actitud de los catalanes era de alivio al contemplarlos. Y, es que bajo las órdenes de la UME, aviones militares españoles han colaborado en la extinción de los grandes incendios que, tanto en Cataluña como en otras partes de España, han devastado nuestro territorio.
¿Piensan realmente estos diputados que los simuladores son suficientes para la formación de nuestros pilotos? ¿Acaso existe lo que a ellos les gustaría denominar el espacio aéreo catalán? ¿Dónde está reconocido? Cuándo nuestros pilotos entraron en la misión de Libia, contra Gadafi y apoyando la famosa “rebelión civil” no les oímos quejarse. ¿Qué pretenden, que entrenen en los carruseles de las ferias?
Son unos impresentables. Por un lado desearían que no existiera rastro del Ejército Español en Cataluña (mientras dejan caer que apoyarían que el Cuerpo de los Mossos d’Esquadra se constituyera en el ejército catalán, aunque sus miembros ni lo consideren), y por otro piden a gritos que se mantenga la Academia de Suboficiales de Talarn, porque en aquellos lugares en los que se han desmontado unidades, la población ha sufrido con más virulencia los efectos de la crisis, ya que la mera existencia de estas instalaciones militares asegura unos ingresos importantes en el entorno territorial de las mismas.
Les pese  o no, tanto me da, somos España, y en cualquier caso, el que unidades del ejército español haga maniobras en territorio español, es de lo más normal, aunque a ellos no les guste. Por qué ha de pedir permiso a unas autoridades que son Estado, no lo olvidemos, ya que tanto las alcaldías como la  Generalitat son parte del Estado, y una cosa es comunicarlo, para no interferir la actividad normal, y otra muy distinta, pedir permiso.  Para hacer una manifestación que rompe la vida cotidiana de toda una ciudad, que interrumpe el tráfico y crea destrozos y generalmente inseguridad, tan sólo ha de comunicarse con la debida antelación a la Delegación de Gobierno, pero si es el ejército español el que realiza maniobras parece que tiene que pedir permiso hasta al bedel del Ayuntamiento, o hacerse un referéndum en el pueblo.
Si tienen tanto miedo, o eso dicen, por algo será, sabrán que están actuando contra la Ley, contra la Constitución y contra toda España.  Será que no tienen razones para defender una posición que a todas luces es  ilegal e irracional, y su forma de hacerse notar es hacerse la víctima, sin que haya verdugo al que achacarle la culpa.  Denuncian por lo que podría ser, no por lo que es.  Y, lo siento, pruebas y no palabras.
Si tanto miedo tienen a la libertad de expresión, que lo digan, que todo el mundo sepa que sólo están a favor de la misma cuando son ellos los que hablan, aunque digan tonterías, que son parte de esta dictadura que sufrimos día a día en esta tierra.  Faltaría más que los españoles no pudiéramos leer los artículos de la Constitución en voz alta.

martes, 16 de octubre de 2012

Sentimientos


No sé si lo compartirán  conmigo, pero creo que el mundo de los sentimientos está francamente sobredimensionado. Con esto no quiero afirmar que no sean importantes, que el corazón no sea capaz de mover el mundo, “que el corazón tenga razones que la razón no comprende”, pero, sinceramente, los sentimientos son volubles, manipulables, cambiantes…

Surge esta reflexión a raíz de las encuestas que se realizan bajo la pregunta de ¿Vd. que se siente….? Pues mire, a veces me siento joven y otras, vieja, a veces esperanzada y otras, hundida,  a veces triste y otras alegre, a veces comprendida y muchas otras totalmente ajena a la realidad que me rodea…Pero ninguno de estos sentimientos es capaz de enervar lo que realmente soy.  

El ser de una persona es su propia esencia, aquello que la distingue de otra, cuando se aplican una multitud  de variables, el resultado de sus vivencias y aprendizajes. Coincidimos con unos u otros, en distintos temas, pero nos definimos  a nosotros mismos a través de nuestra esencia, de lo que constituye nuestro ser. Y aquí los matices y los adjetivos suelen ser infinitos.

Yo soy católica, a veces me siento mística y otras más mundana, estoy más o menos de acuerdo con algunos obispos, pero eso no deja de definirme como lo que soy. 

Yo soy española y soy catalana, y ambas realidades son en mi una sola. No puedo definirme sin las dos, ambas se complementan y se matizan en un solo concepto. 

Soy madre, y adoro a mis hijos, pero jamás he tenido la necesidad de “sentirme madre”, simplemente lo soy. Después vendrán los adjetivos que Vds. quieran.

Por eso, me inquieta esa dimensión que alcanzan los sentimientos a la hora de definirse, ya que no son ellos los que conforman el propio ser, son los adjetivos que ponemos, variables según las circunstancias, según los acontecimientos, según la propia evolución a través de los años; la fotografía de un instante, no la realidad de una vida. 

Por eso, me repugna la manipulación de los sentimientos que los políticos están realizando un día sí y otro también.  Como si los que no deseamos la independencia no amaramos a Cataluña, como si fuéramos catalanes de segunda, o simplemente traidores a nuestra tierra.  Lo cierto es que yo opino lo contrario, son ellos los traidores a nuestra historia, a nuestra realidad y a nuestra esencia. Nos están vendiendo por “un plato de lentejas” o por “treinta monedas de plata”, elijan Vds. mismos.

lunes, 15 de octubre de 2012

Y después, ¿qué?


Me preguntaba hace unos días qué pasaría el día después de la independencia de Cataluña, y el Sr. Mas ha tenido la amabilidad de contestarme: él se irá a su casa, y que “esto” lo gobierne otro. Así, sin más. No deja de ser lógico.  Ha sido incapaz de gobernar estos dos años con el colchón de España,  cómo puede imaginar nadie que sin España ni Europa va a ser capaz de gobernar la miseria en la que nos dejará. Porque no se olviden que toda esta movida empezó ante la imposibilidad de aprobar unos presupuestos que, debido a los recortes, ERC no podría apoyar, y debido al nacionalismo, el PP tampoco. Hoy leo en la prensa que han dicho que independencia total tampoco, Europa importa mucho. ¿A qué está jugando? Aquí ya se comenta que tienen preparados los DNI catalanes y que se nos permitirá seguir siendo españoles..¿No les suena al cuento de la lechera? Aún no han ganado ningún referéndum, aún no saben si los catalanes quieren o no ser independientes, y ya están elucubrando sobre un futuro más que incierto.

Cada día dicen y se contradicen en este órdago que se va a quedar en un envite a la chica. Mientras tanto piden un día y otro dinero al gobierno español para seguir pagando televisiones y medios de comunicación que siembren de mentiras y rupturas nuestra convivencia, cerrando plantas de hospital y malvendiendo todo el  seny y el prestigio que a lo largo de los años hemos podido acreditar. Están consiguiendo que familias, amigos y vecinos entren en una continua discusión que añade  dolor y sufrimiento, a la ya agónica economía familiar, pero eso no les importa, según ellos es el precio a pagar. Pues que lo paguen ellos. Somos muchos más de los que nos manifestamos el día 12 de Octubre los que no queremos separarnos de España, los que consideramos que ser catalanes es nuestra forma natural de ser españoles, y que no queremos prescindir ni de la lengua, de la cultura españolas, ni del sentimiento de pertenencia a esta vieja Nación que siempre nos ha identificado entre nosotros y ante el mundo.

Pero puestos a elucubrar, ¿y si lo pierden? ¿y si pierden el referéndum? ¿Desaparecerán?,  ¿Se irán a Méjico, donde parece que la familia Pujol se ha hecho un “capitalito” y les pueden hacer un sitio sin mucha responsabilidad, no vaya a ser que les hundan las empresas? ¿Dejarán de pedir para “la próxima”? ¿Restablecerán la verdad y la historia real de Cataluña?...Ya les digo yo que no, les da igual, Cataluña son ellos y lo que ellos quieren, la opinión de los catalanes no les importa nada.

12-O

Han pasado unos días, y todavía no sé cómo explicarlo. Probablemente todos estábamos alerta, esperando ese toque de llamada que llegó de un hombre del pueblo, que habla castellano con acento catalán, nada mediático, sin marketing ni publicidad, sin cursos de dialéctica, simplemente de “uno de nosotros”, que tan sólo pretendía que los catalanes que nos sentimos españoles dejáramos de ser invisibles. Un hombre del pueblo, como el Dos de Mayo. Benditas redes sociales. Cuando me llegó la convocatoria, mis hijos ya se habían adherido y el número de confirmados ya superaba los 25.000.

Nadie, que no lo haya vivido, puede comprender la inquietud de la noche anterior, el miedo a ser pocos, la confección de pancartas en las casas particulares y la determinación de que aunque cayeran chuzos íbamos a estar allí. Poco nos importaban los números, uno a uno sumamos y en cualquier encuentro con alguien que podía estar de acuerdo con la convocatoria la despedida era nos vemos el 12 a las 12.

Salimos de casa cada uno a una hora, cada uno con su grupo de amigos. Bajamos andando y ver en la Diagonal ya banderas españolas nos inundó de una alegría difícilmente descriptible. Se nos iba acelerando el paso y ya por Paseo de Gracia, mirándonos a los ojos, nos íbamos reconociendo a pesar de ser desconocidos. Familias, grupos de jóvenes y no tan jóvenes, muchas señoras de cualquier edad y condición, parejas,… En la calle Aragón se iban desplegando las banderas que algunos llevaban en bolsas o en el bolsillo para evitar conflictos. A partir de allí, todo era un mar de alegría y de banderas.
Llegamos a las 11.00, y la Plaza de Cataluña ya estaba llena. Actuaban grupos que hacían de teloneros al manifiesto que se leería a las 12.00, hora en que la mayoría estábamos convocados. A las 11.30 ya no cabía nadie en la Plaza, ni siquiera en ese segundo círculo que queda separado por plantas. Las aceras de Corte Ingles llenas y la Ronda de San Pedro cortada al tráfico, igual que el Paseo de Gracia a la altura de Gran Vía. Tan sólo en la zona de acceso por Plaza Universidad (lugar en el que se concentraron los 50 violentos que agredieron a una familia) estaba más o menos vacía, y llena de policías.

Teníamos conocimiento de mucha gente que había acudido, nos enviamos sms, pero no llegamos a vernos, era imposible. Y no hablo de personas, hablo de grupos enteros. Pancartas que no llegamos a contemplar, ya que había tantas banderas que nos impedían ver a las personas que las portaban.
Se encontraron un grupo de seguidores del RCD Español con algunos seguidores del Barça, con la camiseta de blau grana y banderas españolas. ¡Nos alegramos de veros aquí!, abrazos cuando lo habitual en los campos de futbol es insultarse mutuamente.

 Mucha gente joven, personas mayores a las que sus hijos no les dejan expresarse, y nada de miedo, sino una alegría contagiosa de ver que no éramos tan pocos, que ¡por fin! veíamos las caras de miles de desconocidos que, como nosotros, están hartos de mentiras, de nacionalismo.
 Al leer el manifiesto en inglés (después de haberlo hecho en catalán y en castellano), cayó un verdadero aguacero. Se abrieron los paraguas que cobijaron a todo aquel que cabía dentro, conocido o no, qué más daba. No os marchéis, aquí hay sitio.

Al final, volver a casa, felices, andando, con nuestra bandera hasta la portería, los ferrocarriles de Cataluña llenos de banderas españolas y catalanas. Las calles de Barcelona, por unas horas, lucieron con orgullo esa Bandera que nos une, y por la que, a cara descubierta salimos a la calle miles de catalanes, dispuestos a todo.

¿Dónde estuviste? Por sus explicaciones, a pocos metros de dónde yo estaba, pero no nos vimos, y así una y otra vez… Compañeros de clase, de deporte, de trabajo, de asociaciones, .. y no llegamos a vernos.

Después, en la prensa, la guerra de cifras. Falsa como todas. Las cámaras de Plaza Cataluña, que casualidad, se apagaron, para no ver, porque no quieren ver lo que no les gusta. Imposible hacernos creer que éramos 6.000, cuando en Marzo en una manifestación independentista que no llenó la Plaza dijeron que eran 8.500. No da ni rabia, sólo risa. Pero a pesar de todo, sabíamos por anticipado lo que iban a decir y lo asumíamos, pero lo que vivimos fue mucho más de lo que esperábamos y de lo que ellos consideraban asumible. Dos banderas, dos lenguas, pero un solo sentimiento de unidad. Somos españoles de Cataluña, catalanes de España.

Francás comentó que un niño al nacer llora, pero sólo es el principio de la vida. Hemos roto el silencio, ahora sólo queda hablar más y más alto, y que los que por miedo no salieron, salgan la próxima vez.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Oligarquías

No es sólo un problema de financiación. Quieren vivir como si la crisis no existiera y para esa paranoia deben fabricarse un culpable a la medida. Han gobernado al sol o a la sombra desde la transición, y controlan la vida en Cataluña como si fuera su casa, pero a la hora de ajustarse el cinturón, lo hacen con los criados. Esta es la oligarquía catalana contra la que históricamente se ha sublevado el pueblo, no contra España.

A día de hoy ni el President Mas, que cobra el doble que Rajoy, ni los Consellers, que cobran el doble que los ministros, ni el alcalde de Barcelona, Sr. Trias, que también cobra muchísimo más que Rajoy, se han dignado bajarse el sueldo, eso sí los funcionarios son otra cosa…

Se han cerrado plantas de hospital pero seguimos financiando embajadas, gastos identitarios, prensa afín, empresas públicas ruinosas,… y no tienen narices de presentar unos presupuestos que Esquerra Republicana no va a apoyar por los recortes y el PP tampoco, vista la deriva nacionalista. Por eso se envuelven en la bandera para llevarnos a todos a la ruina. Es pura paranoia y cobardía.

Ya no pueden cobrar el famoso 3% (siempre sospechamos que era mucho más del 3%) porque no hay contratos públicos, ni se atreven a cerrar empresas públicas, donde han colocado a sus afines, que conocen lo que se cuece y podrían desvelar las vergüenzas de este “régimen”, ni despedir a todos los “colocados a dedo”. Viven bajo amenaza de que les muestren el espejo de Dorian Grey. Tienen sus sedes hipotecadas para poder pagar las responsabilidades de los pleitos por corrupción que lenta pero inexorablemente van avanzando.

Es un problema de prioridades. Y lloran y montan la pataleta, como niños malcriados, a los que se les restringe el gasto del móvil o la ropa de marca, no los estudios, ni la comida. Y, en su obcecación no escuchan a nadie, no quieren oír que esto es lo que hay y que a esto es lo que debemos ceñirnos.

 Los empresarios, sin créditos ni pólizas de crédito, tienen que ver cada día como sus presupuestos se alteran por entrar sus deudores en Concurso Mercantil, aplazando los pagos y procediendo a quitas. Reducen gastos estructurales y no se permiten lujos, pero no se envuelven en banderas ni rompen la baraja. Luchan como titanes para sobrevivir en condiciones adversas y cuando ya no pueden continuar liquidan la empresa. Las empresas extrajeras afincadas en Cataluña van dando señales de alerta, que desoyen una y otra vez como si fueran aves de mal agüero.

Aquí, como los políticos no pueden cerrar, y por lo visto lo de reducir gastos estructurales y olvidarse de todo aquello que no sea imprescindible, no va con ellos, nos invitan al suicidio colectivo. Como si la deuda desapareciera con la independencia, como si no la hubieran generado ellos mismos no ajustando desde el primer momento ingresos y gastos. Se les ha acabado el chollo y están por pasar a la historia, no como los incompetentes que son, sino como “los héroes” del nacionalismo catalán. Y después de dominar durante 30 años la educación, y los medios de comunicación es muy fácil manipular la realidad, pero ¿y el día después?

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Llanto por la tierra amada

Me llama un amigo y me comenta su desengaño por la situación económica y la culpabilidad de los políticos, de toda índole. Y que quieren que les diga, hoy, para mí no es el día. En estos momentos, mi mente, probablemente obcecada, se niega a la divagación y se centra tan sólo en un pensamiento: ESPAÑA.

No ha sido una semana fácil. Seguramente sólo pueden comprenderlo hasta sus últimas consecuencias aquellos que conocen el día a día en este “oasis” con ínfulas independentistas. Los días anteriores al 11 de septiembre se concentra toda la rabia, la furia incluso, porque sabemos lo que esta fecha nos trae. Repasamos la Historia, aclarando tantas mentiras, combatimos todo el año este nacionalismo lingüístico nacido al calor del Romanticismo y con una fecha tan reciente como principios del siglo XX, que le da más carácter de viejo que de antiguo. Pero ante el “sentimiento” no hay razones que valgan, ni económicas, ni históricas. La manipulación constante de un pueblo que quiere ser más que los demás, no sólo es el slogan de un club de futbol, está impreso en la idiosincrasia del nacionalismo, que no aspira a ser mejor, sino más y con una prepotencia digna de record mundial.

Toda la desesperación acumulada, año a año, se desborda el 11 de septiembre. Parece que de nada sirva la defensa continua que hacemos de la lengua común, de nuestra pertenencia a España, el incómodo convivir con unas Instituciones volcadas en olvidarnos, en hacernos desaparecer, y con un Gobierno que no nos defiende, que permite insultos, agravios, quema de banderas, como si el problema económico fuera el único, como si todo lo demás pudiera aplazarse.

Nunca he entendido el lema de “nosaltres sols”. Creo, y la historia parece darme la razón, que este pueblo, como la mayoría, ha buscado siempre aliarse con otros para ser más fuertes, para tener más poder, para ser más respetado. Y este lema de autosuficiencia nos retrotrae a las cavernas. Cada vez que Cataluña ha intentado independizarse de España, ofreciéndose incluso a la Corona francesa, ha perdido territorio y ha tenido que volver con las orejas gachas. Pero nada parece importar, tan sólo el sentirse “especiales”, algo que en este mundo globalizado es una idiotez.

No sirve de nada echarse las manos a la cabeza y contemplar avergonzados un espectáculo que consideramos absurdo, ridículo, increíble, viven en una paranoia y pretenden que la compartamos, mientras, repetimos como un “mantra” nuestros argumentos para no ceder un paso en esta locura colectiva. De momento, Europa no parece por la labor de aceptar Cataluña como Estado Independiente, pero eso a “ellos” les da igual, viven y actúan como si lo fuera.

Por eso el 11 de septiembre no vemos las noticias, ni las escuchamos, soportamos con rabia el ruido de los helicópteros y procuramos alejarnos de las ventanas, para no ver, ni oír, ni sufrir más de lo que es posible soportar. Sé que es una forma de negación, que a nada lleva, pero es cuestión de supervivencia, ya que no quiero ver vecinos, amigos, o conocidos formando parte de la manifestación que me expulsa de mi tierra, que ofende a mi Patria, que siento como una traición, y cómplices, inconscientes o no, de una utopía que llevaría a Cataluña al desastre.

viernes, 16 de marzo de 2012

Valientes

Me llegan noticias de nuestros soldados en Afganistán: a través de blogs, son amplias y destacan el heroísmo de varios miembros de nuestro ejército, y a través de la prensa, una nota escuálida destacando el valor de un soldado herido. Y es bien cierto que su actuación fue valiente, pero no lo es menos, que los otros, que le acompañaban lo fueron tanto como él. El valor de un soldado no está en ser herido, sino en la actitud con la que afronta la herida y en su colaboración para que sus compañeros puedan acabar la misión o repeler el ataque, sin causar más bajas en sus puestos que las estrictamente necesarias. Este soldado fue un valiente, y sus compañeros también. Todos dieron muestran de un heroísmo que es difícilmente valorable para los que desde nuestras casas, confortablemente, leemos noticias que parecen acciones de película. Nos emocionamos viendo El Álamo o cualquiera otra en la que se destaque el valor, y lo tenemos al lado y pasa desapercibido.

Hay días en que por la Diagonal de Barcelona pasa un grupo de soldados corriendo, haciendo deporte. Yo, sin poder evitarlo, les miro a la cara, son chavales, como cualquiera de nuestros hijos, si, también como los suyos. Nada hay en su exterior que denote diferencia alguna, sin embargo, debajo de sus cascos y en Afganistán o en cualquier otra trinchera son hombres valientes, dispuestos a dar su vida por todos nosotros. Somos nosotros los que les enviamos a luchar, en nombre de España y de la civilización, en defensa de nuestros valores. Somos nosotros los que sacamos rédito de sus acciones en el exterior. Y, también somos nosotros los que cuando llegan pasamos de ellos y no valoramos su esfuerzo y sacrificio. Envidio sinceramente otras naciones que honran como se debe a sus soldados. En Italia, cuando llegaron los féretros de seis soldados, se paralizó el país. La televisión dedicó toda su programación a honrarles. Y lo mismo he podido ver, a través del ordenador, en Canadá, o USA. Igualito que aquí, que nuestro ya ex Presidente prefirió dedicar la mañana a preparar la oración que iba a hacer ante Obama, a acudir al funeral de nuestros héroes.

Al conocer la noticia, he sentido ese pinchazo de orgullo, y temor tan difícilmente descriptible, y de dolor, al recordar que era ayer cuando Rubalcaba (miembro del gobierno que nos ha metido en más guerras) pedía que los recortes fueran en Defensa. No les digo lo que ha salido de mi boca, seguramente lo mismo que habrá salido de la suya.

Educación

El proceso educativo de la asunción de responsabilidades, es un camino largo y costoso. Cuantas veces el “yo no he sido” es la frase tópica que esconde tras de sí la verdadera autoría. Otras veces, la excusa es “yo no quería..”, como si no querer fuese una excusa al haberlo hecho. Esto, que cualquiera que ha estado en contacto con niños, los ha tenido o educado, sabe, parecen desconocerlo nuestros políticos de la más cerril izquierda, siempre y cuando a ellos concierne, porque cuando es a la derecha a la que hay que exigir responsabilidades, siempre los encontramos detrás de la pancarta de turno.

Han intentado diseñar una sociedad con sus propias carencias, y así nos luce. En pleno siglo XXI, el siglo de la tecnología y las comunicaciones, cuando entrando en internet dispones de toda la información precisa para cualquier ámbito, resulta que sigue funcionando el “yo no sabía o yo no quería…” Es absurdo. Nuestros jóvenes disponen de más información de la que pueden digerir. Basta ya de creerlos incapaces, no lo son en otros aspectos, y formémoslos para que sean responsables de sus acciones. Nadie en su sano juicio puede afirmar que hoy en día las adolescentes se quedan embarazadas por falta de información. Ni ellas ni las mujeres adultas. Si eso ocurre es simplemente porque han sido incapaces de tomarse la molestia mínima de acudir a una farmacia o a un supermercado (cosa que sí hacen cuando tienen hambre). Por eso, “hacer desaparecer el problema” como propone la izquierda por medio del aborto es una salvajada y una irresponsabilidad, además de un asesinato. Tampoco les hacemos ningún favor. Las crisis emocionales que se producen después de un aborto son más que frecuentes y en muchos casos, las personas afectadas deben ser tratadas psicológicamente. Y, tener un hijo no es un drama si las embarazadas reciben ayuda y apoyo.

Pero en su diseño social, esto se calla. Para que decirles que aprendan de sus errores, como hemos hecho todos, cuando ellos no lo practican. Han gastado dinero público a mansalva, generalmente dilapidando el futuro de esos jóvenes a los que dicen defender. Eso sí, pan y circo, mucho sexo y poca cultura, mucho grito y poca educación, exponiendo lo peor de la sociedad, para risa y comentario de todos. Mientras tanto, esta juventud, que no ha aprendido en su niñez y adolescencia lo que es responsabilizarse de sus errores, está abocada a repetirlos en edades en las que ya no tendrán excusa, ni nadie se las va a aceptar.

Por eso, cuando vemos que, a través de nuevas normas políticas, se pretende volver a implantar, aunque mínimamente, los valores del mérito, la responsabilidad, el esfuerzo, la izquierda salta, como mejor sabe, a gritos y acusaciones sin argumento, siempre hablando en nombre de toda la sociedad, a la que no representan más que en un cierto porcentaje, como si les resultara ofensivo que de una vez por todas, creciéramos y nos hiciéramos adultos.

Puede ser que teman que si nos dejan serlo, les exijamos a ellos responsabilidades.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Un soplo de esperanza

Parece que esta crisis está llenando las iglesias. Me extrañaba que esto no sucediera, y así lo comenté hace ya tiempo bajo el título de “Ultimo refugio”.

Y es que esta crisis, nos ha hecho bajar tanto la cabeza, que uno sólo recupera su propia dimensión mirando al Cielo. Y no es que nos rindamos, es que nos rebelamos afirmando nuestra dignidad de hombres, hijos de Dios, creados a Su imagen y semejanza. En Él encontramos consuelo y cobijo, cuando las circunstancias que nos rodean parecen minar nuestra propia confianza y autoestima. No valemos más por lo que producimos, sino por lo que somos. Podremos ser más eficientes y eficaces, mas cultivados, más sabios, pero en ningún caso por ese camino llegamos a alcanzar la dimensión en la que Dios nos coloca.

Por eso, la campaña que se ha iniciado en defensa de la vida de los no nacidos con síndrome de Down, nos invita a la reflexión, hoy, de una manera más profunda si cabe. La dignidad del hombre no radica en sus capacidades, que queramos o no, muchas o pocas, nos son regaladas, sino en que somos hijos de Dios, y en eso somos todos iguales.

El paro, el miedo a perder el trabajo, la lucha constante por mantener la empresa, producen cotidianamente crisis de ansiedad, estrés, y distintas enfermedades de todo tipo que nos hacen vulnerables. La necesidad de depender en algún momento de otras personas, generalmente los padres, para acabar el mes o, incluso para poder comer, nos sitúan en unos niveles de dependencia a los que no estábamos acostumbrados en épocas de vacas gordas, en las que todo parecía posible. Hoy la situación ha cambiado y nuestra visión de la sociedad y de la realidad que nos circunda es otra, y por eso, lejos de los espejismos, nos enfrentamos a nuestra propia existencia con las limitaciones inherentes a todo ser humano.

Pero, a poco que alcemos la mirada, nos encontramos con el despertar de una sociedad nueva. Yo no había visto nunca tantas personas de toda condición movilizadas para ayudar a los demás. Claro que siguen los que se creen que tienen derecho a todo, tan sólo por existir, pero esos han estado siempre. Paso a paso, uno a uno, se van sumando los que han dejado de mirarse el ombligo y miran a los demás. Por eso no me extraña que se llenen las iglesias. El amor al prójimo, siempre nos lleva a Dios.

viernes, 10 de febrero de 2012

Inhabilitación

Trabajo en un Bufete de Abogados. Cualquier persona que se mueva en este ámbito sabe perfectamente lo que supone el derecho de Defensa y como está delimitado por las Leyes y consagrado en la propia Constitución.

Muchas veces oímos quejas sobre lo garantista que es nuestro Derecho, pero no suelen ir nunca referidas al Derecho de Defensa, porque éste es imprescindible. Por eso, entre otras cosas nos resultan impresentables las continuas filtraciones que hay en las portadas de tantos diarios, cuando el asunto está bajo secreto de sumario. Una cosa es una investigación paralela por parte de la prensa y otra muy distinta que las declaraciones efectuadas en sede judicial y bajo secreto de sumario, salten a las portadas. No suelen gustar ni al abogado defensor ni a la acusación particular, ya que tanto una como otra se ven sometidas a una presión popular que pretende influir en las medidas que judicialmente son adecuadas, y que, a veces, por desconocimiento de las propias leyes, o porque realmente son leyes que deberían ser modificadas, no son entendidas.

Seguramente, sería muy “jugoso” para la prensa conocer los historiales médicos de muchos “famosillos”, pero son secretos, y al igual que las relaciones médico-paciente, las relaciones abogado-cliente deben ser respetadas.

Es cierto que algunos abogados disfrutan dando titulares a la prensa, pero no es ni mucho menos lo habitual, y eso es parte de la relación que de la que deben responder ante su propio cliente.

Hoy, ciertos sectores, se rasgan las vestiduras por la condena de Baltasar Garzón, cuando la sentencia es totalmente coherente con la relación de hechos probados y reafirmados en el alegato final del propio Garzón.

La reacción del ya ex−juez (la sentencia es firme) no hace sino desvelar la tremenda soberbia de este hombre, que afirma no ser él prevaricador, pero acusa a los siete miembros del Tribunal Supremo de serlo. La sentencia estaba ya dictada, desde el momento en que él, abusando de su posición, decidió ponerse nuestro sistema legal por montera e imponer su criterio, que valora por encima de todo: leyes, tribunales, fiscalía, policías….. Afirma que su decisión fue reflexiva, es decir, que no fue un impulso, sino que a pesar de que todo el mundo le indicaba que “aquello” no se podía hacer, él era el que tenía la razón. Ya se sabe “mantenella y no enmendalla”. Se ha pasado este último tiempo recusando a un montón de jueces del Supremo, queriendo forjarse un Tribunal casi a medida. Estaba en su derecho y lo ha aprovechado, pero debía tener en cuenta que, de una asociación o de otra, los que le juzgan, y le van a seguir juzgando, son jueces; no políticos, periodistas, o miembros de ONG’s, y ha habido unanimidad. Y ahora clama contra todo y contra todos. No será porque no conozca sus derechos y los haya ejercido. Es para pasar a la posteridad como objeto de estudio clínico.

Pero su caso, desgraciadamente, no es único. Últimamente estamos viendo numerosas personas conocidas que se han creído que están por encima del bien y del mal, que a ellos, por su posición o influencia, les está todo permitido, y ya va siendo hora de que la sociedad, a través de nuestro mejorable sistema legislativo y judicial les vaya poniendo en su sitio. Aquel que haya delinquido que pague, como todos, el que haya robado que devuelva el dinero y cumpla condena, como todos, el que difame, el que estafe, el que asesine, el que agreda a mujeres, hombres, menores ,.. en fin, la lista la tienen Vds. en los Códigos.

Sin más límites que la búsqueda de la verdad en cada caso, y sometidos a las leyes vigentes.

Por cierto, en el Tribunal Supremo todos son jueces, no comparemos con el Tribunal Constitucional.