miércoles, 1 de septiembre de 2010

Beneméritos

Mientras se debaten subvenciones millonarias y se chalanea con España, por seguir un poquito más en el poder, mientras se pagan fortunas a terroristas y piratas, mientras se sueltan y favorecen a los amos del terror, comprobamos, una vez más la miseria en la que se obliga a vivir y a actuar a nuestro Ejército y Fuerzas de Seguridad.

Después de tener conocimiento del número de teléfonos móviles y del parque automovilístico del que disponen el Gobierno central y los autonómicos…no podemos comprender que a los que tienen la misión de velar por nuestra seguridad se les limite hasta la extenuación la gasolina o la reparación de coches, motos y patrulleras.

Los puestos de vigilancia de la frontera que España tiene con Marruecos en Melilla o Ceuta son de sainete. Las condiciones en las que trabajan Policía y Guardia Civil en nuestro territorio nacional son infrahumanas, pero es que fuera de España, por lo visto no son mejores. El puesto que ocupaban en Afganistán había sido desechado por las tropas internacionales por poco seguro y pocas condiciones. Pero no importa, ya se sabe, la Guardia Civil, que está de servicio 24 horas, no como el Gobierno que no está de vacaciones pero tampoco está en su puesto, es un Cuerpo sacrificado, tanto que hasta es capaz de dar la vida por nosotros, y a todo se acostumbran, hasta a enterrar a sus muertos, que son los de todos.

Militares, Policía y miembros de la Guardia Civil, que reciben por toda recompensa una medalla (e incluso a veces la devalúan), entregan su vida, mientras comprobamos día a día el derroche de unos políticos que piensan en todo menos en España. Pedir Honor y Gloria es poco, y ya lo tienen, pero un mayor reconocimiento a su importante labor y sacrificio, saber que si les pasa algo sus familias se verán atendidas, y no expulsadas de los pabellones, y con unas condiciones dignas. Uno ya no pide que les amueblen los pisos como los despachos de nuestros políticos, pero que sus viviendas sean confortables, sus puestos de trabajo operativos y que tengan las mejores condiciones para realizar su labor. Y si llega el desgraciado día en que pierden sus vidas en el servicio a nuestra Patria, España entera se paralice para llorar su ausencia, desde el primero al último, porque todos debemos estar agradecidos a su entrega.

Mientras esto no sea así, da asco pertenecer a este país.

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