viernes, 30 de octubre de 2009

Fugacidad

A cualquier hora del día te sitúas delante del ordenador y entras en Internet, esa inmensa ventana al mundo, en ella buscas entre los resquicios aquellos rayos de sol que te iluminan, te reconfortan, eludiendo las grandes oscuridades que amenazan con invadirte.

Entras con prudencia, casi con temor y siempre preparado para salir huyendo, porque nunca sabes de dónde te va a llegar, como una bofetada, aquella información que va a sacudir tu conciencia, bien por el fondo, bien por la forma, o sencillamente por el tratamiento que le den al tema en cuestión. Y es que en estos días todo es noticia; breve, fugaz, inmediata, y yo creo que no estoy preparada para que los grandes temas, los que de verdad importan, pasen por delante de mis ojos y de mi mente como si se tratara de una carrera de formula uno.

La esencia del hombre, su dignidad, el principio de la vida, no se pueden ventilar con número de manifestantes o de enmiendas a la totalidad; la violencia no se reduce a una interminable lista de nombres, la justicia, el servicio público,…el bien y el mal absolutamente frivolizados, manipulados, y olvidados al día siguiente y hasta la próxima.

Busco, y gracias a Dios os encuentro, un espacio de reflexión, de permanencia, para permitir que esos dardos cotidianos se conviertan en poso y no en callo, para no perder la capacidad de sentirme ofendida por una sociedad con una vocación tan efímera como un cometa, y probablemente con el mismo desgraciado final.

No me gusta esa sociedad de fuegos de artificio, en la que se valora el momento, no la trayectoria, ni el resultado final, el éxito inminente frente al trabajo bien hecho, la locuacidad frente a la palabra medida, en la que lo importante es cambiar de nombre una realidad, no modificarla en esencia. Y así, entre equívocos, errores semánticos, noticias y ocurrencias transcurren nuestros días repitiendo los errores que la historia nos debía haber enseñado.

1 comentario:

  1. Bienvenido a la blogosfera, cascanueces... que un laborioso otoño te proporcione un descansado invierno.

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