miércoles, 9 de noviembre de 2011

Rubalcaba

Debo reconocer que lo que más me gustó del Debate fue una frase que pronunció Rajoy, en la que creo se resume toda la verborrea que lleva a cualquier comparación imposible: “yo no soy como Vd.” Contundente y real como la vida misma. Eso es lo que estábamos viendo todos y cada uno de los telespectadores, eso es lo que ya teníamos aprendido en todos estos años en los que uno y otro han sido coprotagonistas de la política nacional. Efectivamente, Rajoy no es como Rubalcaba.
Esperábamos un Rubalcaba agudo, inteligente, con quiebros y reflejos del atleta que presume ser, manipulador como siempre y agarrando el rábano por las hojas para llevarse el gato al agua. Inquietante, intrigante, pero brillante en su expresión y en su dialéctica.
Por el contrario, teníamos ya asumida la “falta de carisma” de Rajoy, su discurso verídico pero uniforme, casi monocorde, sin pasión, sin énfasis y con alguna nota de la famosa retranca gallega.
Y, sin embargo, Rubalcaba se nos presentó como un “inquisidor” de la oposición, lleno de tics, que se contagiaban, dubitativo y tartamudeante, quedándose en blanco a media palabra, y desde luego nada brillante. Dicen los que le disculpan que no tenía nada que vender, tan sólo aspiraba, en su soberbia, a que su didáctica de profesor de primaria, tan de la logse (por favor ni un dato, que cansa), le acercara a los dubitativos del 15 M o a rescatar algunos de sus votantes que ahora se inclinaban por IU. No creo que lo consiguiera.
Mientras tanto, Rajoy, sin pretender ser nada de lo que no es, leyendo, aportando datos, fue a la suya, y la suya era decirnos simplemente que ya nos habían mentido bastante y que él no era como Rubalcaba. Y lo escenificó perfectamente. Ante las piruetas que intentaba Rubalcaba, el seguía impertérrito con su discurso, con su programa, cumpliendo sus objetivos. Y eso, es precisamente lo que necesitamos.
El fondo de la cuestión se tocó poco. Echamos de menos, cada uno de nosotros, que nos hablaran de nuestros problemas, ya sabemos que lo que viene es difícil y que lo tenemos crudo. Me gustó oír hablar de España y no del Estado, y que necesitamos remontar los valores de la unidad nacional y del mérito y del esfuerzo que parece que sólo se circunscriben a la enseñanza y son pilares para que cualquier sociedad crezca, en todos los sentidos. Y los grandes valores, la Defensa, la Justicia, la Moral en la vida pública, etc.., como en la mili, se le suponen.
Para los socialistas, ya sabemos que “nuestro país” era donde más fácil podía uno hacerse rico y ahora es el país en el que cualquiera puede ser presidente de gobierno y ministro/a, ¡qué pena!

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