lunes, 26 de noviembre de 2012

Por soñar...


Han sido unas elecciones especiales.  Pocas veces acude la gente a las urnas con tanta decisión, con tanto miedo, con tanta esperanza….Y el resultado, como siempre, será interpretado de mil maneras, pero reconozco que hoy no puedo borrar la sonrisa de mis labios pensando en el batacazo que se ha pegado el Sr. Mas.  Aún no sé qué dirá esta tarde, si tendrá la suficiente dignidad para dimitir y no presentarse a la presidencia de la Generalitat  o su vanidad cederá al susurro de aquellos que le acompañaron en el camino al desierto, creyéndose imprescindible para seguir al timón de un proyecto caduco.
La gobernabilidad será aún más complicada, pero ya ha visto que sólo la bandera no le sirve para tapar tantos trapos sucios, y que “la voluntad de un pueblo” (lema de su campaña) es dejarlo en paños menores y obligarlos a gobernar, pactando y mendigando como miserables con otros catalanes a los que “la voluntad del pueblo” ha designado sus representantes.
Se creyeron que eran Cataluña, y Cataluña los ha puesto en su sitio. Sigue el problema separatista de siempre, al que desgraciadamente ya estamos habituados, pero ese cincuenta por ciento que quiere seguir siendo España está vivo y no se quiere dejar avasallar, ni silenciar.
Hemos pasado unos  días muy duros.  En los patios de los colegios, los niños han llegado a las manos, unos defendiendo el independentismo y otros nuestra pertenencia a España. Hasta ese punto el enfrentamiento. Han querido demonizarnos por no rendirnos, por no renunciar a nuestra españolidad, como si fuéramos una atracción de circo, algo extraño y casual, parias en nuestra tierra, pero somos muchos más de lo que creían, y sus propias posturas nos han radicalizado en nuestras actitudes: ya no callamos, hablamos más alto.
Desgraciadamente, la crisis es tan importante en las empresas catalanas, que muchos que vivían en la ensoñación han tenido que tomar contacto con el suelo y darse cuenta de que llegan a fin de mes gracias a los clientes españoles, sean de la comunidad que sean. Y la situación no está para tonterías. Ojalá hubiera sido otro el espíritu de éstos, pero el miedo tiene un verbo poderoso y siempre es peor la ruina que la pertenencia a España.
Por otro lado hemos podido disfrutar de las nuevas tecnologías que han dado voz en Cataluña a los que los medios oficiales de comunicación han silenciado desde siempre.  Gran invento las redes sociales, youtube, twitter, facebook y compañía que nos han regalado momentos verdaderamente estelares.
Y hoy, lunes, a seguir trabajando, con la esperanza de que los jóvenes lleguen a derrotar esa partitocracia que nos asfixia y sean capaces de obligar a los políticos a ser  hombres honrados que luchen por construir un mundo mejor en el que quepamos todos. Por soñar, que no quede.

1 comentario:

  1. Los jóvenes no pueden llegar a derrotar a esa "partitocracia" que nos asfixia por la sencilla razón de que, en cuanto lleguen a un puesto en el que puedan hacer algo, estarán ya infectados por esa falta de honradez que les provoca la necesidad o el ansia de seguir estando en el poder. Eso es así y no tiene remedio, que yo sepa. Esto no es sólo una partitocracia, sino también una oligarquía pura y dura.
    Saludos cordiales.

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