jueves, 31 de diciembre de 2009

Año nuevo...

Acaba el año. ¡Por fin!, diremos la mayoría, con la sensación de desprendernos de una pesada mochila, pero con la vista puesta en la cumbre que aún nos queda por escalar y que nos augura un nuevo año difícil. Es momento de hacer “balance” (hay que ver cómo se introducen los conceptos económicos en nuestra vida cotidiana). Ayer, escuchamos a nuestro Presidente reconocer que “no vió la crisis”, y se quedó tan campante. Todo el mundo se lo dijo, pero consideró antipatriotas a aquellos que sabían reconocer una realidad que él no vió. Y el problema es que era su obligación y la de sus asesores (que no le faltan) escuchar a aquellos que le decían que venía una crisis galopante, identificar los signos que se iban produciendo, comprobar la veracidad, pero no, aquello no entraba en sus planes y le haría perder votos y por lo tanto negó la evidencia con una desfachatez o ingenuidad dolosa. Ha tardado muchos meses en reconocer su error. No me gustaría estar en su pellejo, cuando una vez deje el poder analice, si es capaz de ello, la España que encontró y la que inevitablemente nos dejará. La siembra de discordia, la desmembración continua del Estado la pérdida de valores que nos identifican como Nación, millones de españoles en paro y la miseria económica.
Otro de los sobresaltos de estos días han sido las declaraciones del Ministro de Interior, que parece que le esté dando ideas a ETA para remontar su falta de presencia en los periódicos. Será para que entre las preocupaciones de los españoles el paro o los políticos bajen algún puesto en el ranking. Pero lo que más me ha impactado es comprobar cómo los españoles (periodistas o no) concedemos más credibilidad a las Actas de ETA, que a nuestro Ministro o Gobierno. Y razones no nos faltan. Nos han mentido tanto que aquello de que “España no se merece un Gobierno que nos mienta” (Rubalcaba dixit) quedará en los anales de la Historia como un hito en la falta de pudor o escrúpulo político.
Y es que no tienen conciencia.
Poco podremos hacer el año que viene con este Gobierno. Sobrevivir a él, seguir soportando continuas humillaciones y esperar que el tren europeo tire de nosotros y no nos deje varados en alguna estación.
La oposición (¿?) tampoco es como para tirar cohetes. ¿Dónde está Pizarro? Cuando debería salir todos los días en la prensa informando, explicando esas medidas que se supone pondrán en práctica si consiguen el Gobierno. ¿Dónde está en su análisis la aprobación de la Ley del Aborto como uno de los males principales de este año? Dónde su propuesta de creación de empleo. No nos llega esta información que parecen ocultar, como niños, para que no les copien.
Y es que el problema es de todos. Debemos salir todos, aportar todos, demostrar todos que estamos dispuestos a arremangarnos, pero esto no está en el ideario ni en la estrategia de ningún partido político. Y así nos van las cosas.
Recurrimos a nuestro entorno más próximo, palpándonos y repitiendo “Virgencita, que me quede como estoy”.
Hoy tomaremos las uvas (que fue una medida para salvar la producción) que dicen que nos darán suerte, y llenaremos las calles de confetti, que como nieve de papel parece querer augurarnos un año de bienes, y brindaremos con cava, nos felicitaremos y nos abrazaremos, para olvidar, por unos instantes, que mañana será otro día.
Feliz año a todos!

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