martes, 10 de noviembre de 2009

Encantado de conocerse

Una empieza a darse cuenta de que la medida de todo para nuestro Presidente es él mismo. Es su historia la que conoce y por eso, ante cualquier circunstancia, personaliza en sí mismo la magnitud del evento. Y así nos lo encontramos equiparando el fusilamiento de su abuelo ante una víctima de terrorismo o la caída del muro de Berlín con la muerte de Franco. Y debe ser que suma a sus pocos o nulos conocimientos históricos, una falta de empatía total y un ego tan grande, que lo convierte en protagonista único y exclusivo de aquellas conversaciones que pueda creer interesantes.

Y quizás sólo por darle tema vienen los piratas y secuestran un barco… Nos es fácil imaginarlo con peluca blanca y levita (la cara de pasmo la lleva incorporada) como un gobernador de las Antillas, con el acompañamiento de nuestra Vice con miriñaque y aspecto de hermanastra de Cenicienta, evitando tomar decisiones y manteniendo los barcos de guerra como decorado. Lo malo en esta película, cuyo guión creíamos conocemos de sobras, es que los extras se han sublevado, y no están por la labor de salir a las ventanas pidiendo socorro, mientras los piratas pasan a cuchillo a la marinería, ni a dejar que quemen sus casas y destrocen sus vidas.

Las mujeres no huyen, sino que se plantan en palacio y a bocajarro les cantan las cuarenta a los gobernantes. Y para esto no estaban preparados… Y con cara de que les ha atragantado el canapé, buscan la forma de justificarse. El tema del machismo no tiene cabida, ya que las mujeres son protagonistas en ambos bandos. Y sólo cabe afirmar entre pucheros que son críticas injustas, que son unos incomprendidos, que hacen todo lo que pueden… Cómo explicar el tiempo perdido, y que las decisiones que no tomaron ayer hoy pasan factura.

Y ahora, a abonar el rescate. No sabemos los doblones que se llevarán los piratas, pero el precio que pagaremos será infinitamente más alto.

Pero no se hagan ilusiones, que no aprenderá. Su mirada no nos ve, está puesta en horizontes más altos y lejanos: ¿Qué podemos hacer por Obama?, la Conjunción planetaria a tres bandas (como en el billar, nosotros a la tronera) entre USA, Argentina y la Europa de Zapatero, la Alianza de Civilizaciones,… y mientras, desatiende su primera obligación que somos nosotros, los españoles, pero es que él ha nacido para salvar el mundo, aunque sea a costa de su país. Busca su sitio en la historia en otros mares, en otras fronteras… Y así nos luce el pelo.

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